La ola de frío que asoló la Península entre los días 27 de y 28 de febrero de 2004 provocó que centenares de conductores tuvieran que pasar la noche en sus vehículos.

Según consta en la sentencia del juzgado de Burgos, a la que ha tenido acceso Servimedia, no ha quedado acreditado que la empresa concesionaria de la autopista AP-1, que une las localidades de Burgos y Armiñon, "haya actuado negligentemente en la prestación de los servicios a los usuarios durante los incidentes".

Según la sentencia, tampoco ha quedado probado que Europistas "no actuase con la diligencia debida, tanto respecto de la conservación y tratamiento de la autopista, de acuerdo con las condiciones climatológicas existentes, como en la solución de las retenciones producidas por los accidentes ocurridos".

Esta última circunstancia, junto con las condiciones climatológicas, "fue la causa que dificultó enormemente las actuaciones para restablecer la normalidad en la viabilidad de la autopista".

La sentencia concluye que los incidentes fueron debidos a "causas de fuerza mayor" y, en todo caso, "la responsabilidad sería de la autoridad administrativa con competencias principales para ordenar la regulación del tráfico".