Según Cristina García Orcoyen, secretaria general de la sección española del WWF, "resulta urgente tomar iniciativas para la conservación del Mediterráneo, si no queremos dejar en herencia un mar muerto y envenenado".

El WWF propone que el Fondo de Conservación financie medidas encaminadas a la protección de las especies más amenazadas en el mar Mediterráneo, la creación de una red de espacios protegidos en l región y la integración de las políticas conservacionistas en los planes de desarrollo económico.

Por su parte, la organización Greenpeace solicitó la declaración del Mediterráneo como zona desnuclearizada, lo cual implicaría prohibir el tránsito de buques de propulsión nuclear y de aquellos portadores de armas nucleares, retirar las armas nucleares instaladas en las bases terrestres y cerrar las centrales nucleares.

Asimismo, Greenpeace exigió la prohibición del uso de redes de deriva y otras ates de pesca no selectivas y el establecimiento de Zonas Especialmente Protegidas que impidan el desarrollo turístico indiscriminado.

La organización ecopacifista también pidió que se eliminen totalmente los vertidos tóxicos al Mediterráneo, la incineración de este tipo de desechos y acabar con la producción y uso de sustancias destructoras de la capa de ozono.