Según Europay, los medios de pago (tarjetas) y la tecnología chip que se está desarrollando contribuirán a que la adaptación al euro en lossectores de banca y de distribución se haga de forma más rápida.

El coste de la transición se estima en unos 15.000 millones de dólares (unos 2,5 billones de pesetas), pero el aumento de uso de tarjetas ayudará a la recuperación de esas inversiones.

La firma de sistemas de pago señala también que un monedero electrónico con capacidad para operar en toda Europa con euros familiarizaría más deprisa a los consumidores con la nueva moneda europea y resultaría especialmente útil en las pequeñas transaciones con máquinas expendedoras.

Sobre sus propios indicadores de negocio, Europay calcula que existen 166 millones de titulares de tarjetas en Europa, 3,4 millones de establecimientos comerciales, 170.000 cajeros automáticos y unos 7.000 millones de transacciones por año.

La compañía señala que estas magnitudes dan una idea de la importancia de que tanto el sistema financiero como el comercio y la distribución, las firmas de sistemas de pago y los consumidores estén preparados para el cambio, cn el fin de evitar dudas o desconfianzas que puedan distorsionar el sistema.