Este temor ha crecido al acercarse la fecha de la puesta en circulación del euro, ya que en marzo del 2000 expresaban esa inquietud el 53% de los encuestados, mientras que en mayo de este año alcanzaba al mencionado 61%.

Un 61% de los encuestados es ya capaz de decir el valor exacto del euro en relación a sus monedas nacionales, con un margen de error no superior al 1%. Un 29% asegura que ya ha hecho ejrcicios memorísticos para calcular el valor en euros de artículos concretos.

Una de las cosas que menos clara tienen los ciudadanos europeos es la duración del periodo en el que circularán tanto las monedas nacionales (la peseta, en el caso de España) como el euro. Un 55% creen que durará más del periodo fijado (enero y febrero del año que viene). Además, un 22% no saben nada de esta cuestión, aunque ya hay un 61% de europeos que tienen claro que la puesta en circulación de la moneda única es el uno d enero del 2002.

En cuanto a las repercusiones del euro, un 59% piensa que favorecerá el crecimiento económic y fomentará la estabilidad de precios, y un 61% estima que tendrá el estatus de moneda internacional.