"Me parece que es el momento de que yo abandone por un tiempo la profesión de la que vivo muy bien y me vaya a servir a mi partido, a mi comunidad y a mi país", recalcó Faraco, que se encontraba esta mañana en su clínica de Madrid.

Afirmó que él sigue creyendo en el proyecto socialista y que está convencido de que "tenemos dificultades, per vamos a remontarlas", e hizo hincapié en que no se adscribe a ninguna tendencia dentro del PSOE.

"Yo soy un socialista", afirmó, "que cree en la cultura de la disciplina y que es leal a su secretario general y a toda la Comisión Ejecutiva federal".

El nuevo delegado del Gobierno hizo hincapié en que fue asesor del Ministerio de Sanidad, entre 1988 y 1992 de manera completamente desinteresada, y lamentó que "de eso no se hable".

Faraco aseguró que es plenamente consciente de que el desempeñode su cargo va a ser "duro", pero que confía en que, tras servir a Murcia como delegado del Gobierno, pueda "volver a su oficio y estar en el corazón de todos los murcianos".

En respuesta a quienes aseguran que no tiene biografía política suficiente para ocupar ese puesto, indicó que él fue uno de los miembros fundadores de la Federación de Sanidad de UGT y que ha realizado actividad política y sindical.

Faraco aseguró que sabe "perfectamente" que Murcia es una autonomía que ha tenido serios probemas de orden público, como la "lamentable" quema de la Asamblea autonómica por parte de un grupo de trabajadores de la empresa Bazán, en el año 92. Agregó que se considera un hombre "moderado" y al que no le gusta "nada" la violencia.

Por otra parte, Faraco explicó que Felipe González sigue siendo cliente de su clínica y que ahora espera incorporarse a su puesto en Murcia a finales de esta semana o principios de la que viene.