El patio del Congreso fue el escenario donde simpatizantes socialistas, en su mayoría trabajadores de Ferraz o del grupo parlamentario, recibían con aplausos a los diputados socialistas que habían votado a favor de Sánchez.

Muchos abrazos y besos se veían entre los socialistas que no dejaban de darse la enhorabuena. Destacó el aplauso al portavoz parlamentario, Patxi López, así como el respaldo y las felicitaciones al secretario de Organización, Santos Cerdán.

Las caras de felicidad también lucían entre los miembros de Organización del PSOE y de los miembros del Ejecutivo porque ya pueden “respirar tranquilos” porque los meses hasta la investidura han sido “muy duros”, peor “que un parto”.

La felicidad en las filas socialistas contrastaba en el patio del Congreso con los rostros serios de los parlamentarios de Vox cuando abandonaron, los primeros, el Hemiciclo. Así como con la compostura en las filas populares con su líder, Alberto Núñez Feijóo, al frente que acusó a Sánchez de ser un “presidente del Gobierno intervenido por el independentismo”.

Además de las alegrías de unos y la seriedad de otros, el foco en esta jornada se centró en la incertidumbre de quienes serán las personas que formarán el nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Sumar.

Ni siquiera en el equipo de Sanchez se atrevían a dar fechas del momento en el que Sánchez dará a conocer su nuevo Ejecutivo: “El presidente proveerá”, apuntaban desde La Moncloa.