La organización denunció que la sequía ha puesto de manifiesto "la extrema vulnerabilidad" que afecta a las poblaciones de Etiopía, Somalia, Eritrea, Yibuti, Sudán, Kenia y Uganda, como consencuencia de una serie de factores, entre los que destaca, además de la ausencia de precipitaciones, la guerra, la pobreza extrema y la presión de la deuda externa.

Por este motivo, Cáritas advirtió de que a situación de emergencia creada, que pone en peligro la vida de millones de personas por la falta de alimentos y de agua potable, no es coyuntural.

Cáritas desarrolla distintos en proyectos en los países afectados, ya que que en Etiopía atiende a niños de la calle en Addis Abeba, en Somalia abandera programas de formación laboral dirigidos a antiguos guerrilleros y de mejora de sistemas de riego y potabilización, en Sudán concede microcréditos a la población local y atiende a refugiados, en Yibuti cunta con un proyecto de promoción de la mujer y en Kenia de asistencia sanitaria y otros en el sector agrícola.

Los programas que desarrolla la organización en el norte de Somalia y en Sudán están apoyadas por cooperantes españoles.

En la actualidad Cáritas coordina los centros de distribución de alimentos de Alamata, Korem (Ofla) y Rayana Azebo. A la población beneficiaria, cerca de 95.000 personas, se le reparten 15 kilos de grano de cereal por persona y mes, medio kilo de aceite vegetal y 1,5 klos de otros alimentos complementarios.

Tanto a la compra y distribución de estas 1.600 toneladas de alimentos, como otras muchas acciones de ayuda que desarrolla Cáritas en Etiopía, se han financido gracias a 280 millones de pesetas, contribución inicial de los miembros de la red internacional de Cáritas.