Tal es así que las tarjetas para servicios públicos y ámbito nacional ern vendidas por los estafadores a 800.000 o un millón de pesetas, precio sensiblemente inferior que el del mercado, según informó hoy la Dirección General de la Guardia Civil.

La investigación que culminó el pasado mes de enero con la detención de Torrella se inició hace seis años y provocó otras cuatro detenciones más en 1993.

Torrella trabajaba en 1991 en una gestoría de Castellón, hasta que huyó a Brasil creyendo que había sido descubierto. Allí se casó con una brasileña, M.C.F.A., con el fin d adquirir la nacionalidad de aquel país y evitar así una posible extradición.

Durante ese año y 1992 continuó con sus actividades, para lo cual contaba con tres hombres y una mujer residente en Madrid a los que daba instrucciones por teléfono. Animado por la marcha del negocio, Torrella regresó a Madrid con su esposa utilizando nombre y domicilio falsos.

Descubierta de nuevo la actividad, la Guardia Civil detuvo en 1993 a sus cómplices y su mujer, pero Torrella consiguió escabullirse.

Por úlimo, a principios de año fue de nuevo identificado en unos apartamentos de la calle Ayala de Madrid, donde también con nombre falso -en esta ocasión de un italiano- convivía con otra ciudadana brasileña, M.A.M. Poco después fueron detenidos ambos.

Torrella, contra quien pesaba una orden de busca y captura internacional del Juzgado número 3 de la Audiencia Nacional, había vendido más de 100 tarjetas MT.10 falsificadas.