Se trata de Oiana Bakedano Maidagán, de 26 años; Aizeti Fernández Zabala, de 28, y Rafal Berasategui Lizarbide, de 51 años. Los tres, supuestamente, formaban parte de un comando terrorista radicado en Guipúzcoa, que actuaba en la parte de esta provincia más próxima a Navarra, por lo que no se descarta que sea responsable del atentado cometido el martes de la pasada semana en la localidad navarra de Leiza y que costó la vida a un agente de la Benemérita.

Según el Ministerio del Interior, Oiana Bakedano era una etarra "liberada", es decir, a sueldo de la organización terrorista. En el momnto de su detención, en San Sebastián, iba armada.

Respecto a los otros dos detenidos, Aizeti Fernández era el responsable de guardar los explosivos del comando en un piso de Gatika (Vizcaya), mientras que Rafael Berasategui estaba encargado de la infraestructura y de proporcionar pisos al grupo.

MATERIAL PARA BOMBAS

Durante la operación que dio lugar a la desarticulación de este comando, se registraron varios domicilios en Guipúzcoa, Vizcaya y Madrid, que había sido utilizados, presuntamente, or los detenidos.

En uno de los pisos situado en Gatika, la Guardia Civil encontró 3 pistolas, 200 cartuchos, más de 60 kilogramos de explosivos (30 de los cuales era dinamita "Titadine" y 30 cloratita), así como temporizadores, detonadores y material para fabricar bombas.

Según Interior, el comando desarticulado era plenamente operativo y disponía de armas y explosivos para desarrollar una campaña de atentados. Asimismo, el ministro recalcó que ésta es la línea que hay seguir contra ETA, de form que se consiga debilitar su estructura y derrotarla.