Los tres terroristas absueltos son Mikel Azurmendi Peñagarikano, alias "Ankas", Maite Pedrosa y José Luis Barrios Martín, a quienes el fiscal Ignacio Peláez acusaba de haber planificado el secuestro del mencionado concejal de la misma forma que llevaron a cabo el de Miguel Angel Blanco.

Sin embargo, la Sala de lo Penal considera que "la total falta de prueba de los hechos en que se funda la acusación determina su inexistenca y, consiguientemente, que este tribunal, de forma expresa, declare no probados los hechos de la acusación".

Tras recordar que "nadie puede ser condenado sin pruebas", los magistrados señalan que, en este caso, el fiscal basó su acusación en las declaraciones que los procesados había prestado ante la policía sobre los planes de secuestrar al mencionado concejal.

"Que a estas declaraciones haya de reconocérseles un cierto alcance incriminatorio no significa que, por sí solas y prescindiendo d cualquier otra prueba, sean determinantes de la condena de quienes las han realizado", dice la Sala.

Además, los magistrados recuerdan al fiscal que para que exista prueba de culpabilidad, "es necesario que la confesión [...] se encuentre corroborada por otros elementos de prueba", en este caso inexistentes.

Tras manifestar que son "conscientes de la dificultad que tiene probar la existencia de un hecho, la tentativa seguida del ulterior desistimiento", los magistrados añaden que el relato d la acusación del fiscal es "impreciso" e "incongruente", además de tener un "nulo poder de convicción".

Con estos argumentos, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional declara la absolución de los tres etarras ya mencionados, quienes ya fueron condenados en su día por su participación en el asesinato con coche bomba de un militar en Madrid, ocurrido el 23 de mayo de 1994.