"Arzalluz", señala la revista, "es comparado a menudo con Jhn Hume, el viejo líder de los repúblicanos nacionalistas no violentos de Irlanda del Norte, igualmente atacado a menudo por los unionistas británicos por insistir en que el brazo político de del IRA debe ser incluido en cualquier negociación que merezca la pena entre los que quieren permanecer bajo la Corona británica y por quienes quieren unirse a la República de Irlanda. De hecho, como todos los políticos vascos, el señor Arzalluz está muy al tanto de lo que ocurre en Irlanda del Norte".

"¿Pero?", ñade seguidamente el articulista, "¿qué más se le puede ofrecer a ETA. Ahí esta el problema. Los vascos tienen ya una amplia antonomía: un parlamento, poderes para recaudar impuestos, control sobre la mayor parte de su educación, sanidad, transporte, incluso una policía propia".

"Además", agrega, "los vascos no tiene un país imán al cual podrían ser reagrupados, ni una gran diáspora alabando su causa en la Casa Blanca o en otros sitios. Y aunque dos quintos de los votantes en en el País Vasco han apoydo en algún momento a partidos que están más o menos en favor de la independencia, las encuestas revelan que casi dos tercios de los vascos se sienten tanto españoles como vascos; en Irlanda del Norte, la idea de ser tanto irlandés como británico es mucho más difícil de vender".