En la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el asesinato de LLuch, José Ignacio Cruchaga, Fernando García Jodra y Lierne Armendárizse mostraron orgullosos de ser militantes de ETA y advirtieron al PP y al PSOE que si siguen firmando pactos "que apuesten por la guerra", la actitud de ETA "será la misma".

Los tres imputados respondieron a las preguntas del fiscal siguiendo una misma estrategia: mostrar su orguillo por la militancia en ETA, asumir todas las accions terroristas ejecutadas por la banda, y no responder a las preguntas que se les formulara en relación al asesinato de Lluch.

Durante la declaración como testigo de un agente de Policía, los etarras comenzaron a aporrear los cristales, porque, según Armendáriz "ese me torturó a mí y a Iñaki (Cruchaga) también".

De esta forma, el presidente del tribunal se vio obligado a expulsarles de la Sala, de donde los imputados salieron al grito de "Gora ETA". El fiscal del caso solicita para los tres imputaos un total de 54 años de cárcel para cada uno.