En una entrevista publicada hoy en el diario "El Mundo, Villar asegura que "si los nacionalistas no reivindicasen la soberanía, la independencia, sobraba el PP y podría votarles porque nos moveríamos en el mismo ámbito electoral".

"El nacionalismo regulado, medido, me parece perfectamente asumible, pero no el exacerbado. Yo admito al que piensa que lo suyo es lo mejor y bueno lo de los demás; pero no al que piensa 'lo mío es lo mejor y lo demás no vale nada'. Votaría nacionalista si el nacionaismo fuera un amor compatible y no excluyente, al que creo pertenecen los dirigentes del PNV", recalcó.

Preguntado sobre la prudencia que supondría designar a un delegado capaz de tender puentes con el nacionalismo democrático, Villar señaló que "soy el que corresponde a la situación actual, que es muy dura, porque las cosas se logran a veces con fuerza, que no con mala educación. Ahora, cuando el País Vasco se normalice lo primero que tienen que hacer es cambiarme a mí".

A su juicio, "la Transicón fue mucho más dolorosa, hubo más sangre, pero estos tiempos son los más complicados que he vivido, por culpa del PNV, que a la complicación que supone ETA ha añadido una más, la del soberanismo, al que no ha renunciado".

El delegado del Gobierno en el País Vasco opinó que "la vía policial da buenos frutos, pero la del aislamiento aún no se ha producido con toda firmeza. EA, de una forma clara, y PNV, casi igual de clara, se niegan a ello y van a seguir ayudando, por ejemplo a familiares de presos". "No es la ocasión, dicen. A nosotros se nos revuelve el estómago cuando vemos en el Parlamento esas sonrisas de amistad, o los abrazos que los parlamentarios de PNV, EA e IU se dan con los batasunos. Eso no es aislamiento. No creo que sea connivencia, pero el camino del aislamiento está casi sin empezar", afirmó.

"Nos matan a nosotros, del PP, PSE-EE, policías...y hay unos señores que saludan efusivamente a los cómplices de los asesinos, pues a la fuerza nuestra reacción tiene que ser brutal aunqe procuremos no exteriorizarla. El aislamiento que siempre he practicado es no oírles siquiera, irme cuando hablan, porque con esos señores... ni a cobrar, hasta el día que ETA deje de matar. Falta todo ese recorrido", concluyó.