ETA. "MATADME, NO TENEIS COJONES", ESPETO ALDAYA A SUS CAPTORES EN UN "MAL MOMENTO" DE SU SECUESTRO
- Los etarras le dijeron que "si contaba películas" tras ser puesto en libertad, le matarían a él o a alguien de su familia
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José María Aldaya, empresario vasco secuestrado por ETA durante 341 días, dijo hoy durante el juicio en la Audiencia Nacional para esclarecer su secuestro que, en uno de los malos momentos que pasó en el zulo, espetó a sus captores un "matadme, no tenéis cojones", después de que le dijeran que estaban haciendo esfuerzos para no asesinarlo.
El empresario vasco compareció como testigo en la vista oral en la que se juzga a Alfonso Castro Sarriegui, ex trabajador de una de las empresas d Aldaya, para el que el fiscal pide 17 años de prisión por un delito de cooperación necesaria en una detención ilegal. Al parecer, durante el tiempo que trabajó para el anterior, recogió datos de su vida, que luego comunicó a ETA.
Aldaya, que se mostró en todo momento muy tranquilo y se negó a hacer ningún tipo de comentario a los periodistas, desgranó ante el tribunal el relato de su secuestro.
Relató que el día de su captura había estado tomando unas cañas con un amigo y, cuando volvía a casa, n coche se le cruzó en una curva de la carretera. Tres encapuchados, que hablaban castellano, le obligaron a bajarse, le colocaron una capucha, le pusieron una inyección, y despertó en el zulo, continúo.
"No oía ningún ruido del exterior y sólo veía siempre al mismo encapuchado, con el que hablaba muy a menudo", precisó Aldaya, quien dijo que podría reconocer a ese secuestrador por su voz.
El encapuchado le comunicó que su captura era debida a razones económicas y políticas, y que si él no pagabapor el secuestro, otros empresarios sí lo harían, para evitar precisamente ser "molestados" por ETA.
Cuando fue secuestrado tenía un reloj, que nunca le ha sido devuelto porque, según Aldaya, lo rompieron por si tenía algún "chip" de comunicación. Además, le quitaron la cartera, que luego le devolvieron al ser liberado. "Me la devolvieron con 4.000 pesetas, pero yo tenía siete mil duros", dijo.
"NO CUENTES PELICULAS"
Aldaya reconoció que en algunas ocasiones temió por su vida y en otras se mostó confiado en su liberación. Confesó que le habían fotografiado en 3 ocasiones, para enviarles las fotos a su familia. En este sentido, Francisco Audela, que fuera el primer portavoz de la familia durante el secuestro, confesó que una mujer, que se identificó como colaboradora de "Egin", le había entregado unas fotos del secuestrado.
"Nunca perdí el control del tiempo e iba contando las comidas", dijo Aldaya, que aseguró haber contado 340 (fué liberado el día 341 de secuestro) y recordó que celebraronla fecha de su cumpleaños con comida especial.
Sobre las presiones de la banda terrorista, recordó que le dijeron que "si cuentas películas te mataremos o la haremos extensible a tu familia", ante su inminente puesta en libertad.
Durante el tiempo que estuvo privado de libertad sufrió una infección cutánea que le provocó granos por todo el cuerpo, por lo que le dieron unas pomadas. Recordó que, todos los días, recorría unos 10,5 kilómetros, recorriendo el zulo de un lado a otro, en sus 3,5 metrosde longitud.
Cuando fue liberado le dieron un reloj sin pulsera y le dijeron que, después de una hora y media, lo tirara y se moviera. Así lo hizo, y llegó a un caserío desde donde se comunicó con la Ertainztza. Los etarras le regalaron un sonajero para la nieta que Aldaya tuvo mientras estuvo secuestrado.
Finalmente, sobre el colaborador de ETA que había sido trabajador suyo, negó conocerle. Al parecer, este informó a ETA que Aldaya tenía 1.200 trabajadores, ante lo que el empresario exclamó: "S ese señor -el etarra- ha informado así es un animal, no sabe lo que hace".
Por su parte, el único procesado por este secuestro, Alfonso Castro Sarriegui, se negó a reconocer al Tribunal y a contestar preguntas, y se mantuvo durante todo el juicio mirando hacia el techo de la sala con actitud de pasotismo.
(SERVIMEDIA)
13 Mayo 1998
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