En el momento de la detención, el presunto etarra portaba en su coche quince kilos de amonal, temporizadores y cables para la fabricación de explosivos. Además, junto a él viajaban otros dos supuestos colaboradores de ETA, que huyeron de la policía al percatarse de la existencia de un control en carretera.

Fuentes judiciales informarona Servimedia que Hernández Velasco confesó hoy ante el juez que habitualmente transportaba cajas entre España y Francia, pero negó conocer el contenido de las mismas y saber que contenían armas y explosivos.

No obstante, reconoció ante el juez que había actuado como conductor de la camioneta con la que ETA atentó el pasado 5 de mayo contra la base militar de Araca, en Alava, que no causó daños personales, pero sí abundantes destrozos de mobiliario y puertas.

Los autores del atentado de Araca robaon una furgoneta de reparto que habitualmente entraba en el cuartel de Araca. Con ella entraron en el cuartel, pasaron desapercibidos y colocaron un artefacto bajo el despacho de uno de los coroneles, que no estaba en el momento de la explosión.

COMANDO ARABA

A pesar de que el presunto etarra negó ante el juez su pertenencia a ningún comando de ETA, fuentes de Interior aseguraron que éste y los dos huídos podrían pertenecer al "comando Araba" de ETA, que opera en las provincias de Alava y Vizcaya. No obstante, Hernández Velasco negó ante el juez que sus dos acompañantes fueran los supuestos etarras Crispín Garcés Beitia y Aitor Bores Gutiérrez, y dijo que se trataba de dos conocidos llamados "Patxi" e "Iñaki".

Finalmente, el supuesto colaborador de ETA aseguró que el coche en el que fue detenido era de su propiedad y negó cualquier relación con la banda terrorista ETA.