En las cincunstancias acuales de "división preocupante" y "confusión alarmante", Jáuregui abogó por la unidad de los partidos democráticos en defensa de la política antiterrorista clásica, basada en la lucha policial, la colaboración internacional, la unidad de los partidos democráticos y la movilización ciudadana.

A su juicio, éste no es momento de hacer experimentos y por tanto abogó por continuar la linea de actuación diseñada por el anterior gobierno, poniendo especial énfasis en la necesidad de reconstruir las relacione en el seno del pacto de Ajuria Enea.

Ante las "serias quiebras" de la unidad frente al fenómeno terrorista, el dirigente socialista vasco defendió el mantenimiento de la imagen conciliadora del PSE-EE, que debe empeñarse en convencer a la sociedad de que "nacionalistas y no nacionalistas se pueden entender para dar una solución al problema de la violencia".

Jáuregui hizo estas declaraciones en el acto de apertura de las jornadas sobre el socialismo del futuro organizadas por el partido en Vizcay, en el que también participó el secretario general provincial, Nicolás Redondo Terreros.

Redondo, tras afirmar que nadie comprende en Euskadi por qué el PNV da "balones de oxígeno y fortalece a ETA queriendo o sin querer", hablando de negociación con la banda, hizo un llamamiento a los nacionalistas para que regresen a "la inteligencia, la razón y el sentido común que tiene que prevalecer por encima de la idelogía".

A su juicio, los nacionalistas vascos están presionando fuertemente al Gobierno on esta actitud, puesto que ponen en entredicho la política del ministro de Interior del Gabinete, al que están prestando apoyo parlamentario en Madrid.

Frente a esta postura, los socialistas han ofrecido al Gobierno su apoyo en este terreno porque están convencidos de que el problema de la violencia etarra no se puede solucionar "sin eficacia policial y sin consenso".