En la rueda de prensa del Consejo de Ministros, Piqué insistió en que el Ejecutivo desea "aprovechar cualquier oportunidad de paz".

"Eso significa estar en disposición de mantener contactos que, primero, acrediten la auténtica voluntad de paz de ETA y, después, que puedan permitir, a partir del inicio del proceso de paz, que sólo se producirá cuando tengamos la convicción de que ETA quiere abandonar definitivamente lasarmas, que ese proceso de paz se consolide y lleguemos a una situación definitiva de no retorno a ningún tipo de violencia", explicó.

Aseguró que el Ejecutivo también está dispuesto a dialogar con todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento vasco, pero sólo "en el marco de una práctica política normalizada".

Esta se producirá, añadió, cuando todos los partidos condenen la "conculcación cotidiana de los derechos más elementales" y abandonen la posición de "garantes o fiscales" del poceso.

Piqué consideró necesaria una "reflexión" de los partidos nacionalistas vascos, a los que advirtió que cualquier intento de construir el futuro del País Vasco "sobre la base de la imposición de una parte de la sociedad sobre la otra es un desastre y es algo que el Gobierno no está dispuesto a permitir en ningún caso".

Aunque el escenario actual es "mejor que el de hace algunos meses", el ministro abogó por "mantener la calma, seguir diciendo las mismas cosas, defender aquéllo en lo que unocree, porque al final eso es lo que permite convencer a los ciudadanos".