La idea de dejar regresar a España, sin perseguirlos o detenerlos, a decenas de militantes y simpatizantes de ETA refugiados en el sur de Francia fue del abogado Bandrés, per fue el actual comisario europeo Marcelino Oreja Aguirre quien propició un encuentro entre él y el titular de Interior.

"Usted me envía una relación de nombres y los que yo le diga podrán volver", le contestó Fraga a Bandrés en su primera cita. Por entonces el abogado había contabilizado a más de medio millar de militantes y simpatizantes de ETA en el sur de Francia. Fraga se comprometió a no represaliar a los que volvieran.

El libro cuenta el desarrollo desde entonces hasta la actualidad de las istintas iniciativas políticas encaminadas a favorecer la reinserción de los etarras. El propio ex ministro socialista de Interior Antonio Asunción recuerda que "una de las tareas fundamentales en la lucha contra el terrorismo es incentivar las reinserciones o, si la palabra no gusta, trabajar propicando deserciones en el seno de ETA".

Los asesinatos de los miembros de ETA reinsertados "Pertur", "Yoyes" o Mikel Solaun, a manos de la propia organización terrorista, o los arrepentimientos recientes de earras presos como Soares Gamboa, son descritos a lo largo del libro como parte del proceso aún abierto de reinserción de terroristas de ETA, aunque éste se haya ralentizado por el Gobierno del PP tras el asesinato el año pasado del concejal del PP en Ermua Miguel Angel Blanco.