La sesión judicial se había iniciado con normalidad pero el sistema de megafonía, cuando el fiscal se disponía a realizar la segunda pregunta a uno de los acusados, se estropeó.

El público y los periodistas, separados por una zona acristalada y los propios etarras, recluidos en una cabina acrstalada y blindada donde habitualmente se sientan quienes van a ser juzgados, no oían nada de lo que decía el fiscal, ni los abogados, ni el resto de los participantes en la sesión.

El magistrado que presidía la sesión decidió entonces "hacer un receso" de 30 minutos para arreglar el inconveniente. Un técnico intentó un "apaño", pero no pudo conseguirlo; una hora más tarde el juicio quedaba aplazado para mañana.

Los familiares de los juzgados, algunos de los cuales viajaron desde el Pais Vasco, s mostraban sorprendidos por la suspensión del juicio por estas causas.

Al parecer, las obras que están teniendo lugar en la Audiencia Nacional, con la reforma de varias plantas, causaron el problema al interferir en el sistema eléctrico del que se alimenta la megafonía. El juicio continuará mañana, si se ha conseguido reparar la avería.