Como consecuencia de la protesta, que provocó un atasco en el tráfico de la calle Génova, la policía detuvo a los cuatro manifestantes: Alejandro Urrusolo Sistiaga, hermano de un dirigente de ETA preso en Francia; Mikel Iglesias, Rubén Elicechea y Gorka Leizcoaga.

Según informan fuentes de la Audiencia Nacional, los cuatro están detenidos en los calabozo de la Audiencia Nacional a la espera de ser puestos a disposición de los juzgados de Plaza Castilla, donde se enfrentarán a la acusación de desórdenes públicos.

Estas fuentes explican que cuando la Policía detiene a algún delincuente común, como en este caso, el afectado puede permanecer hasta tres días detenido antes de ser puesto a disposición judicial. En los casos de terrorismo, el plazo es prorrogable hasta cinco días.

Aún así, EH denuncia en un comunicado que el ministro del Interior, Jaim Mayor Oreja, ha realizado "un ejemplo claro de la demencia represiva en la que está inmerso" y que con la apliación de la Ley Antiterrorista intenta "cerrar el círculo de provocación y hostigamiento contra todos aquellos que pretendan denunciar esta situación".