En los últimos meses, la Policía investigaba sobre la posibilidad de que existiera en Guipúzcoa un comando itinerante que fuera el responsable de distintas acciones terroristas en diferentes puntos de España.

El injustificado y precipitado abandono de los domicilios habituales de tres personas jóvenes, así como el cierre de un localde negocio vinculado a los moradores de dichos domicilios en la mencionada localidad vasca, puso sobre alerta a la Policía sobre la vinculación de éstos con el mencionado comando.

Ante los indicios de que los huidos, dos hombres y una mujer, pudieran ser miembros de la organización ETA pertenecientes a un mismo grupo orgánico o "comando legal", la Policía procedió a la entrada y registro en un total de seis domicilios y una lonja pertenecientes tanto a los presuntos terroristas como a personas vinculaas con su entorno.

A raíz de esta intervención ha sido aprehendida diversa documentación, así como tres pistolas, cien cartuchos (50 de 9mm.P y 50 de 9mm.C), unos 50 kilos de dinamita, cordón detonante, detonadores, temporizadores, manuales de instrucciones para confeccionar explosivos, teléfonos móviles y placas de matrículas falsificadas, entre otros materiales.

En concreto, este material se encontraba en el interior de una de las viviendas situada en el número 48 de la calle Iparraguirre de Uretxu, utilizada como domicilio habitual de uno de los presuntos terroristas, posiblemente el responsable del comando.

Por otra parte, los tres presuntos miembros del "comando legal" armado han sido identificados como Ismael Berasategui Escudero, natural de Eibar (Guipúzcoa) y de 28 años; Xavier Zabalo Beitia, de Zumárraga (Guipúzcoa) y de 28 años, y Ainhoa Barbarin Yurrebaso, de San Sebastián y de 30 años.

La policía atribuye a este comando la colocación de un coche-bomba en el aparcamiento del aropuerto de Málaga el pasado 26 de julio, que fue desactivado antes de hacer explosión; la activación de un coche-bomba colocado en las inmediaciones de un hotel en la localidad tarraconense de Salou, el 18 de agosto de este año, que causó cuantiosos daños materiales, y la explosión también de otro coche-bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Barajas (Madrid), el pasado día 27 de agosto.