Según fuentes del Gobierno Civil y del Ministerio del Interior, todos los indicios apuntan a que se trata de una nueva acción del "comando itinerante" de ETA.

Un testigo presencial del atentado, profesor de la Facultad de Telecomunicaciones, próxima al lugar de los hechos, explicó que le había parecido reconocer al etarra José Luis Urrusolo Sistiaga como uno de los dos agreores.

Los hechos ocurrieron a las 13,35 horas, cuando las dos víctimas salían del cuartel del Bruc en un automóvil privado, un "Seat Ibiza" blanco, matrícula B-5793-HK. Los suboficiales iban de paisano.

En el momento en que su automóvil reducía la velocidad al tomar una curva en la calle Teniente Coronel Valenzuela, proviniente de la calle Jordi Girona, fue ametrallado por dos personas que se encontraban en la acera, según contaron dos estudiantes de Telecomunicaciones que presenciaron la escena. El coche de los dos militares, aún en marcha y con los ocupantes muertos, se precipitó contra una furgoneta que iba en dirección contraria.

Los dos presuntos terroristas, que vestían atuendo deportivo, según las mismas fuentes, se dirigieron "con tranquilidad" a un automóvil que tenían aparcado en una esquina, un "Opel Corsa" de color verde, con el que se dirigieron hacia la parte alta de la ciudad.

Dos alumnos de Telecomunicaciones, Gregorio Vargas y Eduardo García, manifestaron que los agrsores eran de estatura mediana y tenían unos 30 años.

Por otro lado, la policía confirmó que los casquillos de bala encontrados en el lugar del suceso eran del calibre 9 milímetros parabellum, lo que refuerza la hipótesis de que ETA es la autora del atentado. Varios bomberos tuvieron que descender un metro y medio por una reja de un desagüe para recoger cuatro de los casquillos procedentes de los disparos.

Los mandos superiores del cuartel del Bruc, al que pertenecían las dos víctimas, estaban alrtados desde ayer ante la posibilidad de que se cometiera un atentado en la zona, según explicó un soldado que ayer hacía guardia en el exterior del acuartelamiento.

El soldado se percató de que una persona, que hoy reconoció como el presunto miembro de ETA José Luis Urrusolo, tomaba nota de las matrículas de algunos automóviles que salían del cuartel.

La policía encontró el "Opel Corsa" en el que huyeron los agresores poco antes de las 4 de la tarde estacionado ante el número 22 de la calle Claui Güell de Barcelona, al lado de la calle Marqués de Mulhacén. El automóvil, que estaba estacionado en un vado, llevaba la matrícula falsa B-6048-FY. Su matrícula auténtica era B-9738-GD.

Artificieros de la policía y un robot mecánico se ocuparon de comprobar si el vehículo llevaba algún artefacto explosivo en su interior, aunque el resultado fue negativo.

Los dos suboficiales fallecidos pertenecían a la banda de música Jaén 25 del cuartel del Bruc. Esta banda, la única militar que existe en Catauñaa, participó en los funerales que se realizaron la pasada semana por el comandante Artur Anguera, muerto también en un atentado de ETA.

La policía de Barcelona facilitó dos números de teléfono para que los ciudadanos que pudieran haber visto a los terroristas pudieron comunicarlo lo más rápidamente posible. Además, poco después de producirse el atentado volvió a ponerse en marcha la "operación jaula" en las entradas y salidas de la ciudad para realizar los controles automovilísticos.

El presidnte de la Generalitat, Jordi Pujol, volvió a hacer un llamamiento a los ciudadanos para que no se desanimen y continúen colaborando con las fuerzas de seguridad del Estado para tratar de localizar a los etarras.