Mas declaró en Rne que la respuesta del presidente del Gobierno autonómico es "absolutamente incomprensible", porque sólo tenía dos opciones: "aceptar la dimisión del señor Carod-Rovira y zanjar esta grave crisis o no aceptarla de ninguna manera y ratificarle plenamente en el cargo demostrándole su confianza".

A su juicio, la actitud del "conseller en cap" y secretario general de Esquerr Republicana de Catalunya constituye una "gran imprudencia" y demuestra una "gran incompetencia" ante la que Maragall ha reaccionado con una respuesta "a medio camino".

"Eso no es admisible, hay que exigirle mayor dosis de prudencia y que las cosas que hace tengan un cierto sentido", dijo. "Estoy convencido de que Maragall no conocía el tema y estoy convencido de que o se pone orden rápidamente, o esto es un desprecio para Cataluña muy importante".

La negociación de Carod-Rovira con ETA denota, sgún expuso, un "problema de confianza" entre los miembros del Gobierno catalán y una falta de "cohesión interna y de lealtad interna" en el tripartito.

Por último, descartó por ahora una repetición de las elecciones autonómicas catalanas, porque los miembros de la Generalitat no pueden "mirar hacia otro lado", y advirtió de la "hipoteca" que pesa a partir de ahora sobre Maragall.