No obstante ETA se reserva lo que denomina "derecho de defensa" en los hipotéticos enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Tampoco descarta que otra organización, ajena a la actual dirección de la banda, retome la actividad terrorista en el caso de que se frustren las expectativas abiertas en este momento para alcanzar la autodeterminación.

El alto el fuego definitivo obedece a la comprobación de que se han consolidado las bases de un proyecto nacionalista sustentado en la soberanía y la territoialidad, cuyos principales pilares son el desarrollo del Pacto de Lizarra y la constitución de la Asamblea de Municipios Vascos celebrada el pasado 6 de febrero.

Para ETA, el otro punto capital que queda es que el Estado anuncie públicamente su disposición, dando garantías jurídicas y políticas, para que, en un futuro, los ciudadanos vascos puedan decidir en un referéndum su modelo de país.