Esta es la conclusión del estudio "Proyecciones del gasto público de la UE-25 (2005-2050) asociado al envejecimiento de la población. El caso de España", realizado por técnicos de la Subdirección General de Economía Internacional, del Ministerio de Economía y Hacienda, y difundido a través del último Boletín de Información Comercial Española.

El estudio recuerda que el reciente análisis efectuado por la Comisión Europea vaticina que el gasto público asociado al envejecimiento crecerá en España 8,5 puntos porcentuales de PIB entre 2004 y 2050, "el mayor de la UE-15 después de Portugal y uno de los mayores de la UE-25".

Este incremento responde sobre todo al mayor crecimiento del gasto en pensiones públicas, 7,1 puntos porcentuales entre 2004- 2050, al pasar del 8,6% del PIB en 2004 al 15,7% en 2050, lo que supone el tercer mayor incremento de la UE-15, tras Portugal y Luxemburgo.

El gasto sanitario, por su parte, aumentará 2,2 puntos porcentuales y el gasto en cuidados de la dependencia crecerá en otros 0,2 puntos, mientras que las partidas para desempleo y educación "tendrían un limitado efecto compensador" al disminuir en 0,4 y 0,6 puntos, respectivamente.

Ante esta situación, los autores del estudio señalan que "hasta 2011 existe cierto margen, ya que tanto la evolución demográfica como de la ocupación favorecen el crecimiento", por lo que, subrayan, "hay que aprovechar este periodo para acometer las reformas estructurales".

"Por tanto", concluyen, "el periodo oportuno para facilitar las reformas sería antes de 2012, de acuerdo con las proyecciones presentadas", a fin de anticiparse a lo que ocurrirá a partir de 2018, cuando "el efecto del envejecimiento es dominante" y "tanto el tamaño de la población en edad de trabajar como el número de ocupados caerían".

REFORMAS NECESARIAS

En cuanto a la naturaleza de las reformas que deben acometerse, apuntan que las que están demostrando mayor éxito "son las que afectan a los sistemas de prestaciones y de impuestos que tratan de mejorar los incentivos al trabajo".

"Una reforma que ha probado ser altamente eficaz en los países en que se ha aplicado, y ligada con la reforma laboral, es el alargamiento de la vida laboral con el aumento de la edad efectiva de jubilación", señalan.

La disyuntiva que se plantea al reformar el sistema de pensiones, advierten, está "entre el gradualismo necesario para su aceptación social y la urgencia que se desprende de la evolución demográfica y su impacto presupuestario".