Tras este acto, que fue respaldado por numerosos catedráticos, profesores y cargos universitarios, el rector de la Universidad del País Vasco, Peio Salaburu, declaró que tapando las pintadas de unos "energmenos" y realizando esta concentración, la respuesta de los estudiantes ante los ataques ha sido "magnífica".

Por su parte, un portavoz de los alumnos que participaron en la manifestación resumió su objetivo en un deseo de "reivindicar el espacio universitario, caracterizado por el debate y la reflexión, que se halla invadido por demostraciones de fuerza y violencia absolutamente negadoras de lo que consideramos debe ser la Universidad".

El consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atuxa, también presente en el acto, justificó su asistencia por un deseo de "sumar un grano de arena" al movimiento de los universitarios "para protestar ante quienes, imbuidos en el fanatismo y el más claro nuevo corte de fascismo, tratan de amedrentar no solamente a la sociedad en general, sino a algo tan esencial para el progreso como es la Universidad".

Mientras los equipos de limpieza se afanaban por borrar los restos de las pintadas realizadas por los radicales en el recinto universitario, algunos lumnos colocaron en el interior de la Facultad de Psicología numerosos carteles con frases contra la violencia y a favor de la paz y la tolerancia de intelectuales como Unamuno, Savater o Pío Baroja.