El secretario general de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, dijo a la Ser que el Estatuto de Guernica fue "una solución de compromiso, asumida por ambas partes, pero desde luego por el nacionalismo vasco, con sentido de la responsabilidad, conscientes de que se viva un momento político todavía muy delicado".

"Entendíamos que Euskal Herría tenía unas carencias dramáticas en muchos aspectos: infraestructurales, lingüísticos, económicos, fiscales, y que había que aplicar unos instrumentos urgentes de autogobierno, insisto, con realismo, aunque el autogobierno fuera limitado", recordó.

A su juicio, "aunque hubiera voluntad política en un gobierno de dar un nuevo giro a la política autonómica en un sentido más amplio, más abierto, ese enjambre de legislación de Estado que ha convertido leyes básicas en leyes que se han metido muy minuciosamente en competencias estatutarias haría muy difícil, casi irreversible", una vuelta atrás.

Por tanto, el dirigente de EA consideró necesaria una modificación del citado texto que permita un mayor autogobierno en el País Vasco y añadió que debe ser la voluntad popular quien decida hasta dónde debe llegar el mismo.

El parlamentario socialista José Antonio Maturana, uno de los coautores del estatuto, lo definió como "un experiencia histórica que el País Vasco no ha tenido nunca", y constituye "una esperanza de futuro todavía muy valiosa".

Maturana declaró a la Ser que el texto sigue teniendo validez, puesto que cuenta con "unas capacidades de autogobierno muy fuertes" en las que se respeta la singularidad del País Vasco. "Es un estatuto muy potente, con gran capacidad, y que tiene muchas posibilidades todavía", subrayó.

Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso, manifestó que el estatuto sigue estando e vigor, pero matizó que "no creemos que esté el cuerpo social para celebrar" su 20 aniversario, "sino para desagraviarlo", porque continúa sin cumplirse.

"El propio estatuto tiene cláusulas suficientes como para poder ser ampliado. Aquella fue una magnífica negociación, y en aquella negociación se dejó abierta esa posibilidad. Se hablaba de que la aceptación del régimen de autonomía no implicaba renuncia de los derechos del pueblo vasco. (...) Yo creo que el estatuto está vigente y tiene mecanismos suicientes para ser ampliado", indicó.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, defendió la validez del texto, si bien lamentó que "hoy el País Vasco no tenga en el calendario la fecha del 25 de octubre en rojo, es decir, que no sea festivo".

"El estatuto es la fiesta de todos los vascos, fue un pacto donde todos los vascos, además, pusimos nuestro marco jurídico-político dentro de una democracia para que avanzara el País Vasco hacia el futuro, y lo que lamento es que ahora los partidos nacionaistas sean los que están poniendo chinitas, los que están poniendo zancadillas al estatuto", señaló a la Ser.