La sentencia ahora anulada se basó en una ley de Michigan, de 105 años de antigüedad que persigue el uso de "lenguaje indecente, inmoral, obsceno, vulgar o insultante en presencia de cualquier mujer o niño".

Para su desgracia, el estallido verbal de Boomer cuando su embarcación chocó contra una roca y él se cayó a las frías aguas del Rio Rifle, al este de Michigan, llegó a los sensibles oídos de Michel y Tammy Smith, que también disfrutaban de un paseo en canoa, acompañados de sus hijos de tres y cinco años. Boomer, según el policía que le multó, había jurado en vano por lo menos 75 eces.

Tras ganar el recurso ante un tribunal de apelación estatal, el abogado defensor de Boomer, perteneciente a la Unión para las Libertades Civiles de América, señaló que confía en que el veredicto haga entender a las autoridades públicas que no pueden actuar como "policías del lenguaje".

Sólo Tammy Smith se mostró consternada por la resolución judicial. "Si hubiera querido que mis niños estuviesen expuestos a las palabrotas, les habría llevado a un bar", declaró.