La investigación científica básica contará con unos fondos de 48.225 millones de pesetas, lo que supone un aumento del 3,06 por ciento, pero los asigndos a la investigación técnica y aplicada se reducirán un 12,22 por cien, con lo que quedarán en 135.559 millones.

El descenso de los presupuestos de investigación afectará, sobre todo, al Ministerio de Defensa, que verá recortados sus fondos de investigación en 13.082 millones de pesetas, ya que se le asignarán 45.809 millones.

También disminuirá las partida destinada a la investigación sanitaria, que experimentará un recorte del 0,9 por ciento, y se cifrará en 11.753 millones, así como la asignda a la realización de estudios económicos y estadísticos, que se reducirá un 11,4 por cien.

Por lo que se refiere al capítulo de investigación y desarrollo tecnológico, el más ligado al aparato productivo, contará con 44.799 millones de pesetas, lo que supondrá un descenso del 6 por ciento respecto a 1992.

El Gobierno ha decidido disminuir la inversión en investigación, pese a que, según se afirma en el informe adjunto a este capítulo de los Presupuestos del Estado, "la competitividad de un estao depende del potencial científico y tecnológico de sus empresas".

Para el Ejecutivo, "la existencia de una relación muy estrecha entre tecnolo9gía y competitividad es la causa de que la elevada dependencia tecnológica de la industria española, superior a la media comunitaria, se traduzca en desventajas comparativas frente a la industria de los países más desarrollados".

SALDO TECNOLOGICO

Por otra parte, la decisión del Gobierno de reducir el presupuesto de investigación se produce a pesar del rusco empeoramiento registrado este año en la balanza de pagos tecnológicos entre España y el extranjero.

Según datos del Banco de España, el déficit de la balanza tecnológica ascendió en el primer semestre de 1992 a 147.100 millones de pesetas, un 69 por ciento más que en el mismo periodo de 1991.

Este negativo resultado parece poner en entredicho las positivas expectativas suscitadas después de que en 1991 el déficit se redujera un 5,56 por cien, para situarse en 171.500 millones.

El saldonegativo del primer semestre, que refleja los pagos y ventas al extranjero de "royalties", patentes y asistencia tecnológico, fue consecuencia de unas importaciones de 183.600 millones de pesetas y unas exportaciones de 36.500 millones.

Los pagos al extranjero crecieron un 36,6 por ciento, mientras que los ingresos sólo lo hicieron un 24,5 por cien.