Según datos del Gobierno, desde 1983 el número de hectáreas reforestadas ha sufrido una constante disminución. Mientras en 1983 las hectáreas afectadas fueron 57.882, en 1992 serán unas 600. En 1984 el Estado reforestó 47.473 hectáreas, al año siguiente 40.635, en 1986 fueron 29.566, en 1987 casi 26.000, un año más tarde 1.267, en 1989 fueron 1.110, en 1990 algo menos de 1.000 y el año pasado 761.

El Ejecutivo justifica esta reducción señalando que la creación, conservación y mejora de las masas forestales es competencia de las comunidades autónomas.

El Gobierno tiene establecidos con las administraciones regionales convenios de colaboración para la restauración hidrológico-foresal de cuencas.

Por el contrario, la superficie afectada por los incendios forestales no ha descendido de las 100.000 hectáreas desde 1983, llegando a alcanzar la cifra de 486.328 en 1985, según datos del Instituto Nacional para la Conservación de Naturaleza (Icona).

El director del Icona, Santiago Marraco, mantiene que es menor la superficie arbolada que desaparece a consecuencia de los incendios que la regenerada a través de las repoblaciones y a causa de la propia acción de la naturaleza.

o obstante, este tipo de siniestros provocaron el año pasado alrededor de 47.000 millones de pesetas de pérdidas económicas, mientras que en 1983 las mismas ascendieron a 25.837 millones.