Según informó la compañía metropolitana, estos diseñadores, además de marcas como Mango, vuelven a participar por segundo año donando algunas de sus prendas con el fin de colaborar en la causa.

Además de ropa, el rastrillo brinda la posibilidad de comprar otro tipo de productos gracias a la colaboración de empresas como Matel, que llevan a la estación algunos de sus juguetes, o la marca Esteé Lauder, que también está presente con algunos de sus cosméticos.

Junto a las aportaciones de estas firmas, se podrán comprar una amplia variedad de productos de artesanía, libros, música, pequeños electrodomésticos, informática, etc. Todo ello contará con importantes descuentos a fin de incentivar la compra para recaudar fondos.

El horario será de nueve de la mañana a diez de la noche y durante esta edición se espera superar el número devisitas, que el año pasado rondó las 10.000.

Desde 1998, Metro de Madrid viene colaborando con este proyecto cediendo su espacio para que sea posible el montaje de este mercadillo, que se instala en la entreplanta de la estación, en la zona anterior al paso de torniquetes.

La recaudación obtenida por la Asociación Española de Neurofibromatosis irá destinada a financiar el proyecto de investigación que sobre esta enfermedad se está llevando a cabo en el departamento de Genética del Hospital Ramón y Cajal.

La neurofibromatosis es un grupo de enfermedades genéticas de las consideradas raras, que se caracterizan por el crecimiento de tumores a lo largo de varios tipos de nervios y que pueden afectar al desarrollo de otros tejidos, como huesos y piel.

También pueden presentar complicaciones como problemas de crecimiento, dificultades de aprendizaje, desfiguración, epilepsia, afecciones óseas, tumores cerebrales, sordera, ceguera, problemas de equilibrio y riesgo incrementado de tumores malignos. En Madrid, más de 1.400 personas tienen esta enfermedad.