El cadáver de Alan Hyde, de 21 años, fue hallado minutos después de las 22 horas del sábado en la habitación 507 del Hotel Cliper, situado en la calle Chinchilla, donde estaba alojado.

El cuerpo presentaba fuertes traumatismos que, según confirmó la autopsia, le causaron la muerte por hemorragia cerebral, y se encontraba atado de pies y manos, y amordazado con diversas prendas de vestir, rodeado de sangre.

El día del suceso, tro cliente del hotel oyó ruido de pelea en la habitación ocupada por el irlandés, que había llegado al establecimiento ese mismo día, por lo que decidió avisar al conserje.

Cuando éste se disponía a subir a la habitación de Alan Hyde, se cruzó con un hombre de unos 25 años, de complexión fuerte y rasgos norteafricanos, que huía precipitadamente, tapándose la cabeza con una camiseta, al parecer para esconder unas heridas producidas en la reyerta. Este individuo era el mismo que, minutos antes, subió ala habitación en compañía del irlandés.

Los funcionarios del Grupo VI de Homicidios que se hicieron cargo de las investigaciones descubrieron en la habitación 507 dos tarjetas con sendos planos del centro de Madrid, cada uno de ellos marcado con una flecha, que coincidía con las zonas de la capital por las que había preguntado el fallecido al conserje, para encontrar hachís y prostitución.

Con estos datos y la descripción del supuesto homicida, los agentes iniciaron una vigilancia por esas zonas,la calle Montera y los alrededores de la calle Preciados. Las pesquisas dieron como resultado la detención, ayer, de un sospechoso en la esquina de la calle Arenal con la Puerta del Sol.

SUDADERA Y CAPUCHA

Este individuo llamó la atención de los funcionarios ya que, a pesar del calor, llevaba puesta una sudadera y su capucha le cubría la cabeza. Además, sus características físicas coincidían con las del presunto autor del homicidio y llevaba un esparadrapo que le cubría una de las orejas.

Una vz interceptado, los agentes descubrieron que tenía una herida en la parte superior de la cabeza, además de rasguños en la cara y en una mano. Además, llevaba unas zapatillas deportivas, cuyo dibujo era similar a la huella de sangre que había quedado impresa en un papel en la habitación del hotel.

El sospechoso, que fue detenido, carecía de documentación y dijo llamarse Mustafa Mohamed Besu, sin domicilio fijo ni trabajo. Posteriormente, declaró que había acompañado a Alan Hyde a la habitación de su hoel para fumar hachís.

Según su relato, cuando estaban sentados en la cama, el irlandés comenzó a tocarle, lo que originó una pelea que desembocó en el homicidio, aunque la policía no descarta que el móvil fuese el robo, ya que prácticamente no hallaron dinero entre los efectos personales de la víctima ni una cámara de fotos que debía tener.

Aunque en un principio los agentes sospecharon que los golpes que causaron la muerte al irlandés fueron producidos por una botella de cristal, que fue encontrda rota en el lugar del suceso, al parecer el detenido golpeó al fallecido con la pata de un escritorio, que se rompió durante la reyerta.

El presunto homicida afirmó que fue su oponente quien le causó la herida en la cabeza con dicha botella.

El detenido declaró que duerme en el Metro, pues llevaba puestos cuatro jerseys y tres pantalones. Además, reside ilegalmente en España y tiene abierto un expediente de expulsión.