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El Gobierno confía en que la sequía que padece la península ibérica no afecte de forma sustancial al Parque Nacional de Doñana, aunque no descarta la adopción de medidas de choque para reducir su impacto medioambiental, según respuesta a una pregunta del diputado de Izquierda Unida Antonio Romero.
Los responsables de la conservación del humedal aseguran que, pese a la ausencia de lluvias, "el parque nacional se encuentra en muy buen estado de conservación", lo que, a juicio de l Administración, ya ha sido contrastado por los expertos internacionales que en los últimos meses han visitado la zona.
Sin embargo, el Gobierno no descarta aplicar medidas para reducir el impacto de la sequía sobre el ecosistema del parque. La escasez de precipitaciones se enmarca, según la respuesta del Ejecutivo, en "ciclos naturales a los que deben enfrentarse las especies silvestres, aunque se espera que tal incidencia no sea notable, pues para ello se tomarán las medidas necesarias".
Asimiso, los responsables de la Administración han reiterado a Antonio Romero que ninguna actuación de índole urbanística que se realice en las inmediaciones de Doñana afectará a la conservación del parque.
Por su parte, el director de la reserva natural, considerada como una de las más importantes de Europa, el biólogo Jesús Casas, consideró que, por ahora, "la situación no es preocupante".
"Doñana posee una capacidad suficiente para adaptarse tanto a un año abundante de lluvia como a la situación actal, en la que predominan la escasez de agua y las altas temperaturas", indicó.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Jesús Casas dijo que el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), organismo con las mayores competencias en la reserva, aún no ha decidido adoptar medidas preventivas ante la posibilidad de que la actual climatología siga sin variación alguna en los próximos meses, al descartar que por esta sequía el equilibrio ecológico se pueda ver amenazado.
"Hay que entender", señaló, "que el paque tiene un funcionamiento normal con los ritmos de la naturaleza. Para Doñana, es tan normal que haya inundaciones un año como sequía en otro: son cosas que tienen que ocurrir y no debe preocuparnos demasiado que las aves vayan a criar poco".
Destacó también que, de mantenerse la actual sequía, la preocupación se centraría en la posibilidad de incendios, por lo que habría que adoptar las medidas oportunas.
Casas admitió sin embargo que la reserva ecológica podría sufrir importantes cambios en s flora y fauna si se mantiene la escasez de agua, al menos en los próximos cinco años, dado que algunas especies de aves partirían, en tanto que otras se asentarían en el parque.
Por último, afirmó que "la vegetación de la zona sufrirá una especie de transformación, que se derivaría de un hipotético y prolongado clima seco".
(SERVIMEDIA)
16 Mar 1992
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