(ESTA NOTICIA AMPLIA Y SUSTITUYE LA NOTICIA NUMERO 34 DE HOY)
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Eduardo González Arenas, "Eddy", cabecilla de la secta "Edelweis", negó hoy, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Madrid, que en el grupo se iniciara a los niños en prácticas homosexuales y atribuyó la denuncia que sobre él pesa a un montaje de los familiares.
El fiscal acusa a González Arenas y otros 11 monitores de la secta de formar un grupo de montañismo, desde 1979 hasta 1984, año en que se desarticuló el club, ara adoctrinar a los niños y practicar con ellos el acto sexual, por lo que solicita 450 años para el cabecilla y 225 para los demás por 75 delitos de corrupción de menores.
La petición de pena es mayor para González Arenas por reincidencia, ya que fue condenado con anterioridad en cuatro ocasiones, por estafa (1971 y 1976), escándalo público (1979) y corrupción de menores (1982).
"Eddy" fue el primero en prestar declaración, para negar todas las acusaciones que se le imputan, y aseguró que jamásha tenido relaciones homosexuales, no sólo en el seno de "Edelweis", sino también en su vida personal.
"No me explico cómo los niños pueden decir esas cosas", comentó. Atribuyó las acusaciones a un montaje de los propios padres de los, por aquel entonces, pequeños, "a los que nunca tuve intención de apartar de sus familias".
"CUENTOS"
El procesado explicó que las historias que contaban sobre la existencia de los planetas "Nasar" y "Delhais" (donde la vida discurre en libertad y al que se llega i se alcanza un estado de perfección a través del amor con sus monitores y compañeros) eran "cuentos", que los mismos niños le pedían que narrase para amenizar las jornadas de excursión.
"Todo lo que se dice sobre los planetas es pura fantasía", manifestó. "Ningún niño español es tan tonto como para creerse esas historias".
Sin embargo, Millán Arroyo, "Milli", uno de los monitores de la secta, de la que entró a formar parte cuando tenía 13 años, contradijo su testimonio y aseguró que entendió esa narraciones "como algo cierto, porque además leí un libro en el que se narraba la historia y que me aconsejó Carlos de los Ríos (el segundo de la secta)".
"Posteriormente, González Arenas llegó al grupo y se presentó como un representante de la misión 'brahma'. Decía que su misión era ayudar a la humanidad y formar a gente pura, regida por principios de amor", explicó.
Ignacio de Miguel, hijo del sociólogo Amando de Miguel y uno de los monitores procesados, que entró en el grupo con 11 años, conirmó también este aspecto, ya que la historia "me ilusionó, me apasionó, me lo llegué a creer y me motivó a seguir a esa persona".
Explicó que la secta le llenó el vacío emocional que le produjo la separación de sus padres, hasta que llegó un momento en que sintió la necesidad de "desengancharse", porque la influencia de "Eddy" sobre él era excesiva y se sintió utilizado.
"Todos somos víctimas de él", sentenció. "Creo que sí, que nos lavó el cerebro en cuanto nos fijaron unas ideas de un planeta,hasta el punto que yo decía: 'para qué voy a estudiar una carrera si van a venir a buscarme para llevarme a otro lugar, o vendo mi moto porque si me voy a marchar para qué la quiero'".
Añadió que la influencia era tal que cuando quiso dejar la secta "no tenía fuerzas para despegarme". Por este motivo llegó a sentirse "no sólo coaccionado sino también amenazado".
Asimismo, "Milli" reconoció haber tenido una influencia manifiesta de "Eddy", pero siempre "para principios de justicia y amistad", aunqe era duro para él decir que le había "lavado el cerebro".
No obstante ambos afirmaron que nunca tuvieron constancia de que se practicase el sexo entre los miembros de la secta y que si así lo afirmaron en un principio, fue "porque pensaba que diciendo ciertas cosas no sería procesado", según Millán, o porque así se lo indicó la policía, según "Iñaki".
"En muchas ocasiones hablamos de las relaciones sexuales", continuó Millán Arroyo. "No decía que era bueno mantenerlas, pero tampoco que fuese mal; pero no era adoctrinamiento, porque hablábamos de una forma esporádica".
EXPLOTACION ECONOMICA
"Milli" afirmó además que fue consciente de que existieron discrepancias entre Carlos de los Ríos y "Eddy" por la explotación económica que el cabecilla de la secta ejercía sobre alguno de los miembros, entre ellos el propio Carlos, que asegura que le entregaba su sueldo íntegro.
Este punto fue reforzado por la declaración de Ignacio de Miguel, que describió cómo cuando trabajaba le entregaba todo e dinero a González Arenas y, antes de emplearse, las pagas que le asignaba su padre.
González Arroyo se defendió manifestando que siempre trabajó desde que llegó a Madrid en el año 79, que esas aseveraciones no eran ciertas y que lo único que intentó fue que los que tuvieran más dinero aportaran más al grupo, ya que cada montañero se pagaba sus viajes en la medida de sus posibilidades.
"Mi intención era moldear a los jóvenes en contra de una educación clasista", dijo, "y además lo conseguimos". El procesado negó también que en la secta existiera una jerarquía, que nunca tuvo un papel de mando y que los "guardias de hierro" y "diputados", terminología con la que se distinguían a algunos de ellos, "eran cosas internas de los niños para solucionar sus problemas".
De nuevo, Ignacio de Miguel y otro de los procesados, Javier Bueno Huertas, contradijeron al cabecilla y declararon que ellos fueron "guardias de hierro", que fueron marcados con una "h" y una "i" cruzadas, pero matizaron que se traaba de una especie de reconocimiento a sus méritos deportivos y no que hubieran alcanzado el grado de "elegidos" para viajar a "Nasar".
Los tres monitores interrogados manifestaron que las imputaciones de los muchachos que decían haber tenido tocamientos, masturbaciones y coitos con ellos eran falsas. "Supongo que estarán influenciados por sus padres", interpretó Ignacio de Miguel.
"Eddy" no llegó a hablar de las prácticas militares que algunos medios de comunicación atribuyeron a la secta y, cuado el abogado defensor de Carlos de los Ríos hizo alusión en el interrogatorio a su procedencia de una familia de militares, dio grandes muestras de enojo y se negó a seguir contestando a cuestiones similares.
Mañana continuará la sesión, en la que prestarán declaración el resto de los procesados: Eduardo Gómez Ballesteros, José Luis Mariño Martínez, Antonio Gutiérrez Rodríguez, José Garrido Gil, Juan Iriarte Aguirrezabala, Carlos de los Ríos y Javier Marcos Martínez.
(SERVIMEDIA)
23 Sep 1991
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