El suceso ocurrió a las cuatro de la madrugada, cuando un "Opel" de color blanco, con matrícula de Almería, irrumpió en la avenida Pío XII a unos 200 kilómetros por hora, según informaron fuentes de la Policía Municipal.

Una patrulla de este cuerpo vena persiguiendo al vehículo desde el caso viejo de la ciudad, al comprobar que el automóvil había sido sustraído a su dueño.

Al parecer, el presunto ladrón pretendía huir en dirección a Logroño, pero al llegar frente al hotel Blanca de Navarra se encontró con varios vehículos policiales que le cortaban el paso, por lo que giró bruscamente hacia la izquierda y chocó con un automóvil detenido en un semáforo.

El conductor de este turismo, un "Opel" rojo con matrícula de Navarra, salió ileso, aunque e coche resultó con numerosos desperfectos. El protagonista del incidente logró escapar a pie, sin que la policía pudiera detenerle.

Los escoltas de la Casa Real y los miembros de la Policía Nacional revisaron el automóvil por si contenía algo en su interior, pero, tras comprobar que no había nada sospechoso, avisaron a una grúa para que lo retirara de la calzada.

El suceso causó la alarma entre los integrantes de las fuerzas de Seguridad del Estado que forman parte del dispositivo de vigilancia e las cercanías del hotel en el que se alojan los reyes.

Tampoco pasó desapercibido para los numerosos reporteros gráficos que montan guardia todas las noches frente a la Clínica Universitaria de Navarra, a la espera de novedades sobre el estado de salud de don Juan de Borbón.