El sondeo concluye que "la oposición de los españoles a la energía nuclear ha disminuido en un 7 por ciento" respecto a 1990, "con lo que los partidarios de mantener las centrales nucleares iguala a los partidarios de cerrarlas".

También revela que ha aumentado el número de españoles que consideran interesante la energía nuclear por su bajo coste, al pasar de un 22 por ciento en 1989 a un 39 por ciento 1991.

A su vez, ha crecido el número e ciudadanos convencidos de que actualmente la energía nuclear aumenta la independencia energética de España, un 44 por ciento frente al 23 por ciento que había hace dos años. Los que piensan que esta modalidad energética no es contaminante y los opinan que sí, están igualados al 15 por ciento.

La encuesta comunitaria agrega que las opiniones favorables a la energía nuclear en el resto de Europa son aún mayores. Los ciudadanos de la CE para los que la energía nuclear presenta riesgos inaceptables han asado del 51 por ciento en 1989 al 34 por ciento actual, y los que creen que es una opción interesante por su bajo coste alcanzan el 51 por ciento.

Los resultados de la encuesta comunitaria referida a España son muy diferentes a los arrojados por la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la misma cuestión, encargada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

CONTRADICCIONES

Este muestreo indica que un 77 por ciento de los españoles opina que vivir próximo a una cntral nuclear es peligroso, y sólo un 18 por ciento cree que "es un riesgo que se puede asumir".

Además, estas cifras, dadas a conocer el pasado verano por el CSN, revelan un incremento notable de las opiniones negativas hacia la energía nuclear, ya que en una encuesta similar del CIS realizada en 1990, eran un 52 por ciento los españoles que calificaron de "peligrosa para la salud" a este tipo de energía.

Uno de los factores que más contribuyen a dar una respuesta negativa, según el informe de oinión español, es la escasa confianza en los sistemas de seguridad nuclear, cuyo máximo responsable es el CSN, ya que la mayoría de los encuestados piensa que "no es suficiente el control que se ejerce".

Otro aspecto valorado negativamente por los españoles es la utilidad de la energía nuclear. Un 56 por ciento piensa que no tiene aplicaciones beneficiosas.