No obstante, los hogares españoles mantienen algunos de los hábitos más tradicionales, como que la mujer decida mayoritariamente las compras de ropa y alimentación y el hombre lleve la voz cantante en el cambio de coche y el modelo a adquirir.

De hecho, sólo un 5% de los hombres se preocupa por la compra de alimentos, tarea que desempeñan de forma exclusiva el 60% de las féminas. Los hijos apenas cuentan en las decisiones generales de compras (2%), mientras que s consolida, con un 20% de las decisiones de compra, las acordadas en pareja.

Las decisiones de familia se toman especialmente sobre los bienes de consumo duradero, como la vivienda y los viajes, mientras que electrodomésticos y otros enseres quedan mayoritariamente en manos de la mujer.

En cuanto a los hijos, sus decisiones en la compra de bienes de consumo duradero son escasas, sin embargo, destaca especialmente su aportación en la compra de productos informáticos (deciden en un 14% de los casos y superan incluso en peso a la opinión del padre, que sólo decide estas compras en el 12% de los casos.