Los datos provisionales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que un total de 267.383,59 hectáreas quedaron arrasadas por el fuego entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año, esto es, el triple que la media del último decenio (89.304,00 hectáreas).

Con un mes para que concluya 2022, este año es ya el peor en superficie quemada por el fuego desde 1994, cuando quedaron incendiadas 437.602,50 hectáreas en los 12 meses.

En cuanto al último decenio, 2012 es el segundo en el ranking de superficie calcinada entre enero y noviembre (216.545,81 hectáreas) y 2017 ocupa el tercer puesto (166.785,87). En cambio, 2018 se mantiene como año de la década con menos terreno arrasado por las llamas (24.067,33).

Además, en lo que va de 2022 se han producido 56 grandes incendios forestales (es decir, cuando queman más de 500 hectáreas), mientras que el promedio de la década es de 21. También hubo 56 en 2017, 41 en 2012 y 22 en 2016.

Entre enero y noviembre de este año se registraron 10.325 siniestros forestales, de los que 3.237 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 7.088 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,961% del territorio nacional, un total de 20.894,64 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 132.216,77 hectáreas de matorral y monte abierto, y 114.272,18 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 44,36% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año, mientras que el resto de los siniestros se reparten entre las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 37,46%; el área mediterránea, con un 17,75%; y Canarias, con un 0,43%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, un 48,79% pertenece al noroeste; un 30,48% a las comunidades interiores; un 19,69% al área mediterránea; y un 1,04% a Canarias.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo en el noroeste (44,99%), por delante de las comunidades interiores (38,43%), el área mediterránea (14,18%) y Canarias (2,40%).