Así lo dijo José Manuel Albares a los medios de comunicación antes de asistir al Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, en Bruselas, comentando los siguientes pasos del Gobierno tras la caída del régimen de Bashar Al Assad.

Albares señaló que la intención de su Departamento es que esta semana regrese el encargado de negocios de España a Damasco “que, en estos momentos, por motivos de seguridad, se encontraba en Beirut después de haber desplazado un convoy de españoles que habían salido de Siria”.

También avanzó que el Gobierno va a nombrar “un enviado especial que va a reforzar nuestra embajada en Damasco”.

“La idea es que España se sume también a los países europeos que están teniendo contactos con las nuevas autoridades”, explicó.

“Esos nuevos contactos, agregó, tiene que quedar claro que son contactos muy preliminares y ante todo es un contacto para trasladar unas líneas rojas claras”, subrayó.

Dichas líneas rojas, aseveró, son “la necesidad de que el futuro de Siria sea un futuro pacífico y que lo que es hoy en movimiento militar tiene que evolucionar a un movimiento político, que tiene que ser absoluta y necesariamente inclusivo con un respeto escrupuloso de las minorías étnicas y religiosas”.

Asimismo, destacó que España trabajará para “ayudar y colaborar a que Siria mantenga y garantice su integridad territorial y que no haya ni zonas del país en manos de distintos grupos armados y que hay que entre todos evitar que Siria tenga injerencias externas y sobre todo injerencias militares externas”.