Macroeconomía
España se mantiene en el puesto 55 de libertad económica de 184, aunque su puntuación empeora
- En la UE ocupa el puesto 23 de 27
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España se mantiene en 2024 en el puesto 55 de 184 del Índice de Libertad Económica elaborado por la fundación Heritage, el mismo que el del año anterior, pese a que la puntuación baja y, por tanto, empeora por los indicadores de gasto público, impuestos y integridad del Gobierno.
En una rueda de prensa, el Instituto de Estudios Económicos (IEE), que es el ‘think tank’ de CEOE, presentó el informe ‘La libertad de empresa en España. Índice de Libertad Económica 2024’, donde se recogen un año más los resultados de dicho índice, elaborado por la fundación Heritage, y adaptado al español por el IEE.
Según el ranking elaborado por la fundación internacional, la puntuación obtenida como resultado de valorar varios indicadores entre los que se encuentran los derechos de propiedad, la integridad del Gobierno, la efectividad judicial, la salud, el gasto gubernamental o la libertad de empresa, reflejan que España obtuvo este año la puntuación más baja desde 1998.
El presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y el director general, Gregorio Izquierdo, explicaron que el descenso se ha debido a que el tamaño del Estado ha aumentado, los niveles de gasto por la pandemia se han quedado y las políticas de transferencias han sido “ineficientes” y han acabado beneficiando a las rentas más altas.
Considerando el entorno de la OCDE, España, con un valor de 63,3 puntos, mantiene la posición 31 de 38 y es un 9,7% inferior a la del promedio de los países desarrollados y un 23,7% inferior a la del país de la OCDE que presenta mejores prácticas en el ámbito de libertad económica, que es Suiza. De hecho, Suiza ocupa el segundo puesto en el Índice de Libertad Económica con 83 puntos, por detrás de Singapur, con 83,5 puntos, que volvió a ser el país con mayor libertad económica según la fundación Heritage. En tercer lugar, se situó Irlanda (82,6 puntos), Taiwán ocupó el cuarto (80) y Luxemburgo se adjudicó el quinto (79,2).
En comparativa europea, cuyo promedio es de 99,2 tomando como referencia la OCDE, España ha descendido una posición respecto al año pasado, ocupando, actualmente, la 23 de los 27 países que conforman la Unión Europea. Según la adaptación del IEE, España ha obtenido una puntuación inferior a la media de la OCDE y a la de la UE en el resultado global del Índice, así como en varios de los subcomponentes; únicamente en seis de ellos presenta valores por encima de la media de la OCDE: derechos de propiedad, flexibilidad laboral, estabilidad monetaria, apertura comercial, facilidad inversora y solvencia financiera.
Las principales variables que condicionan las bajas posiciones de España son las relacionadas con el tamaño del Estado, como son la salud fiscal, el gasto público, la efectividad judicial, el buen Gobierno y la carga impositiva. Llama la atención que en salud fiscal, la puntuación es 0 y en gasto gubernamental es de 26.
Así, “España muestra libertad económica moderada” y se aleja de los países más avanzados en esta materia, según Fernández de Mesa.
En el Informe del IEE se analiza la intervención del sector público en la economía a partir de una mayor presencia del componente público en la actividad empresarial. Se destaca la vinculación de este tipo de intervención del sector público con los derechos de propiedad, el buen Gobierno, el gasto público, la libertad de empresa y la facilidad inversora entre otros componentes que integran el principio de libertad económica y concluye que este tipo de intervención obstaculiza la actividad empresarial y ocasiona peores resultados.
El IEE también establece una relación entre libertad económica y desigualdad y concluye que el quintil de renta más elevada recibe un 31% de las transferencias monetarias. Si se asignara a ese quintil un 19% de las transferencias, un porcentaje de transferencias similar al promedio registrado por los países de la OCDE, se alcanzaría una “significativa mejora” en la eficiencia del gasto, pues la minoración del gasto público equivaldría a entorno un 2% del PIB, ahorro que sería de menor cuantía si este remanente se redistribuyera entre los quintiles de población con menor nivel de renta y si se aumentaran las cuantías destinadas a los colectivos más vulnerables.
Según el IEE, los países que tienen más orientada su asignación de transferencias reducen su riesgo de pobreza en hasta 20 puntos porcentuales, a diferencia de España que solo consiguió reducirla en 9,5 puntos porcentuales, de acuerdo con los datos de 2021.
Fernández de Mesa reclamó “apoyar” la figura del empresario porque sin ella “va a ser imposible” materializar la transición energética y digital. “Todo lo que sea el apoyo al empresario es bienvenido, todo lo que sean políticas en contra del empresario y que se le desincentive nos parece negativo”, dijo. A ello agregó Izquierdo que el “problema” en España es que no hay un reconocimiento del acierto de crear una empresa y “la riqueza de un empresario son los beneficios después de pagar salarios, hacer inversiones” y si una empresa no gana dinero, “tiene pérdidas y no sobrevive”.
(SERVIMEDIA)
27 Mayo 2024
MMR/gja