Según publica en su último númer la "Revista Española de Defensa", estos 3.200 militares y guardias civiles, integrados en las fuerzas de la OTAN, trabajan en la pacificación de Kosovo y Macedonia y en la reconstrucción de Bosnia-Herzegovina.

A estas cifras hay que añadir los cerca de 400 guardias civiles integrados en los contingentes militares en los Balcanes o en misiones de cooperación técnica y de formación de nuevas policías para contribuir a la consolidación de procesos de paz en países como Guatemala, Timor o Mozambique.

Además, 16 oficiales de los tres ejércitos participan como observadores y monitores de la UE en la antigua Yugoslavia y en las misiones de Naciones Unidas en Kosovo, Guatemala, Etiopía y Eritrea, mientras que, bajo la cobertura de la OSCE, están presentes en Georgia y Nagorno-Karajab.

La presencia internacional de los militares españoles se completa con alrededor de 800 oficiales, suboficiales y personal de tropa destinados en organismos internacionales de seguridad y defensa y con los 98 agregados mlitares que trabajan en las embajadas de España en todo el mundo.

España comenzó su participación internacional en 1989, aportando siete oficiales que se integraron como observadores de la ONU en un contingente multinacional para efectuar una misión de verificación en Angola. Desde entonces, alrededor de 50.000 profesionales de los tres ejércitos y de la Guardia Civil se han desplazado al exterior en misiones de paz y humanitarias, tanto bajo bandera de las Naciones Unidas como de la Unión Europea, laEUO, la OSCE y la OTAN.

Entre ellos, un total de 24 militares fallecieron en estas misiones de paz, la mayoría de ellos en la ex Yugoslavia, y un centenar resultaron heridos. Algunas de estas bajas fueron producidas por disparos de francotiradores, explosiones de minas, fuego de morteros y artillería y accidentes en el manejo de armamento, aunque casi una tercera parte se debieron a accidentes de tráfico motivados por el mal estado de las carreteras.