Así consta en la Memoria 1999 del CES, presentada hoy en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, en la que se hace un recorrido por la evolución de todos los sectores macroeconómicos y sociales españoles en el último año, desde el punto de vista común de sindicatos, empresarios, expertos designados por el Gobierno y asociaciones de consumidores y usuarios, todos ellos representados en elCES.

La memoria incide en la "posición de cola" que España ocupa en la UE en gasto en protección social que, además, "no tiene una tendencia de acercarse a la media comunitaria, sino alejarse de ella".

Así, mientras en el año 1995 España destinaba a gasto social un 22,6% del PIB, en la UE se gastaba un media del 28,5%, un 5,1% más.

Este diferencial se ha incrementado hasta el 6,8% en 1997, ya que España ha rebajado su gasto social al 21,4%, mientras en la UE se mantiene en el 28,2%.

Segn el responsable de la memoria, Rafael Fernández de Frutos, esta escasez en el gasto social se detecta en todas las áreas excepto en la cobertura por desempleo. "España gasta menos en protección de la enfermedad, en vejez, en luchar contra la exclusión social, en pensiones y en todo", dijo.

En esta línea, calificó de "sangrante" la dedicación presupuestaria a la protección a la familia, que supone un 80% menos que la media de los países de la UE, ya que mientras en España se gasta un "ínfimo" 0,4% delPIB en este asunto, la media comunitaria está en el 2,2% Por ello, tachó de "insuficientes" las medidas puestas en marcha por el Gobierno para potenciar la natalidad.

CONVERGENCIA

El CES considera que 1999 ha sido un buen año económico para España, como lo demuestra un crecimiento de la economía cercano al 4%, la reducción en el desempleo -que achaca principalmente al sector de la construcción- y la reducción del déficit público.

No obstante, Maximino Carpio, catedrático de Hacienda Pública y cnsejero del CES, alertó del problema que supone en España en la "insuficiente" inversión en capital físico, humano, tecnológico y público, lo que podría poner en peligro la convergencia real con la UE, donde los ritmos de inversión son más elevados.

El CES advierte que la convergencia real con la Unión Europea no se puede basar únicamente en la creación de empleo, como se ha hecho en los últimos años, sino que hay que insistir más en la productividad que "no sólo sigue siendo menor, sino que incluso cece en conjunto a menor ritmo que en la UE".

Respecto al IPC, el CES advierte que forzar la economía para lograr la convergencia con la UE puede causar un aumento temporal de los precios, que ya se está produciendo.

Según la memoria, homogeneizar los precios llevará a los países de la UE que los tienen más bajos, como España, a sufrir incrementos del IPC difíciles de controlar, aunque serán temporales.

Finalmente, el CES insiste en la unidad de mercado en España en cuanto al reparto de compeencias a las comunidades autónomas y pide que se equiparen para todos los españoles asuntos como la educación, la sanidad, el cuidado del medio ambiente y el acceso al empleo y la vivienda, entre otros.