Energía
España alcanzó en 2023 su menor nivel de dependencia energética
- El descenso se debe a la combinación de un incremento de la producción interior de energía primaria (3,7%) y un menor consumo bruto de energía (-2,2%)
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España alcanzó en 2023 su menor nivel de dependencia energética del exterior, según un análisis realizado por el Foro Industria y Energía (FIE) y Opina 360 a partir de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
La ratio de dependencia energética se situó, concretamente, en el 66,8% frente al 70,6% en 2022, debido a la combinación de un incremento de la producción interior de energía primaria (3,7%) y, sobre todo, a unas menores importaciones netas de energía (-4,7%). De hecho, ha sido el año en el que ha sido necesario importar una menor cantidad de energía neta en lo que va de siglo, sin contar el excepcional 2020 por la pandemia.
A este descenso de la demanda de energía exterior no solo contribuyó la mayor producción interior, sino fundamentalmente la bajada del consumo interior bruto, que disminuyó hasta los 115,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo (-2,2%), la menor cifra de consumo desde el año 2000 (también a excepción de 2020).
Por su parte, el incremento de la producción interior de energía primaria ha vivido un importante impulso, hasta alcanzar un récord de 37,2 millones de toneladas equivalentes de petróleo. La razón se encuentra en las energías renovables, que aumentaron su generación un 9% para llegar a los 21,9 millones de toneladas equivalentes, máximo histórico.
Con esto suponen ya el 58,9% de toda la producción energética interior. Dentro de ellas, el crecimiento se ha amparado especialmente en la energía fotovoltaica (38% más en el último año) y la energía hidráulica (42,3% más). No obstante, en lo que respecta a la contribución de las renovables, continúa liderada por la energía eólica y la biomasa.
Más allá de las renovables, la otra gran fuente de energía interior es la nuclear, que aportó el 39,7% del total de la producción nacional. Según los expertos del FIE, a este descenso de la dependencia energética puede haber contribuido una menor demanda de la industria, tanto por la mayor eficiencia energética como, sobre todo, por la aportación del autoconsumo.
Analizando los datos de las dos últimas décadas, se observa que el consumo interior de energía acumula una caída del 6,8% desde el año 2000, a pesar de que el PIB ha crecido un 41,2%. En este periodo, el descenso de las importaciones netas de energía ha sido más intenso (-14%), porque una parte importante del consumo energético nacional ha quedado cubierto por la mayor producción interior, que ha subido un 18,9% en estos años.
En su toma de posesión, la nueva ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, recordaba que los objetivos del PNIEC contemplaban alcanzar en 2030 una dependencia energética del 50 %. El PNIEC basa la consecución de este objetivo en un incremento de la producción interna, en especial procedente de energías renovables y en un descenso muy relevante del consumo de energía total, que debería reducirse a 104 millones de toneladas equivalentes.
Según los datos del FIE y Opina 360, para alcanzar este objetivo, sería necesario reducir un 10,1 % el consumo total de energía respecto a 2023 y prácticamente doblar la contribución de las renovables (90,9%), sobre todo teniendo en cuenta que, con el cierre previsto de algunas centrales, la aportación de las nuclear se reduciría un 38%.
(SERVIMEDIA)
16 Dic 2024
s/gja