La orografía que presenta nestro país, su clima y su situación geográfica son algunas de las causas que provocan, según el articulista, esta circunstancia.

Sin embargo, la preciada piel de estos animales los ha sometido durante décadas a continuas persecuciones por parte de los cazadores, lo cual, unido a la acción destructora que sobre estas especies han ejercido en ocasiones algunos campesinos, ha provocado que, en la actualidad, exista peligro de extinción sobre algunas de ellas.

La nutria común es el mustélido ibérico e tendencia lacustre que se encuentra en mayor peligro de extinción debido a estas circunstancias.

También la continuidad de la marta sobre nuestra geografía permanece en peligro, como consecuencia de la importante demanda de abrigos fabricados con su piel que hubo entre los años 30 y 60.

El visón europeo y el armiño, otro pequeño mustélido codiciado por su piel que en la actualidad sólo cuenta con algunos ejemplares en el norte de España, sufren situaciones similares.

No obstante, hay alguns especies que mantienen todavía poblaciones densas repartidas por todo el país. Este es el caso de la comadreja, que nunca ha sido objetivo prioritario de los cazadores.

Asimismo, el tejón ha logrado sobrevivir en muchas zonas de la Península Ibérica, aunque en la actualidad sufre un proceso de regresión.

Al igual que en el caso del tejón, el principal problema del turón es la persecución que sufre por parte de los campesinos, como consecuencia de los daños que estos mustélidos ocasionan a alguns cultivos.

Los venenos, los cepos, los plaguicidas y todas la gama de productos fitosanitarios que se aplican en la agricultura moderna son, en la actualidad, los principales peligros que existen para la supervivencia de estas especies.