El "ranking" procede de un estudio que acaban de lanzar internacionalmente once institutos económicos y que, según "The Economist", constituye "el mejor intento para definir y medir la libertad económica" efectuado hasta ahora y una prueba de que la liberalización contribuye a la creación de riqueza.

No obstante, la clasificación resultante incluye en sus primeros lugares un grupo heterogéneo de países por lo que se refiere a su nive de riqueza: desde la superpotencia mundial, Estados Unidos, que figura en cuarto lugar, hasta los nuevos países industriales emergentes de Asia, como Hong Kong y Singapur, primero y segundo de la lista, pasando por estados que apenas están en vías de salir de una prolongada pobreza, como Malasia y Thailandia, sexto y octavo, respectivamente.

El "top ten" se completa con Nueva Zelanda, en el tercer lugar; Suiza, en quinto; Gran Bretaña, en séptimo; Canadá, noveno, y Japón, décimo. En los últimos puests del "ranking" figuran Brasil, Burundi, Costa de Marfil, Rumanía, Haití, Siria, Irán, Argelia y Zaire, que cierra la lista.

España, en relación a los países de su entorno comercial y político más próximo, los de la Unión Europea, figura en posiciones intermedias. Está detrás de los más 'liberales' Reino Unido (7), Irlanda (13), Holanda (19), Alemania (20), Bélgica (22), Francia (32) y Dinamarca (33), y por delante de los más 'intervencionistas' Austria (39), Italia (44), Finlandia (46), Suecia (48), ortugal (49) y Grecia (56).

Los autores del estudio han utilizado diecisiete indicadores agrupados en cuatro áreas: el esfuerzo de la Administración para combatir la inflación y realizar una política monetaria ortodoxa; el nivel de imposición, computando como poco liberalizador que los tributos sean altos; el grado de regulaciones y la dimensión del sector público y la facilidad para comprar y vender bienes y capitales con el extranjero sin limitaciones.