Así se recoge en el informe de la Plataforma de Infancia presentado este martes, que analiza la última Encuesta de Condiciones de Vida 2021 publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) desde dicha perspectiva.

Según el autor del estudio, Jofre López, se detecta un incremento de los hogares con hijos con importantes carencias materiales y, “en general, un empeoramiento de los indicadores de pobreza tras la covid-19”.

El 28,9% de los niños vivía en hogares con ingresos inferiores al umbral de pobreza (menos de 20.023 euros anuales para toda la familia), y el 14,9% residía en hogares bajo el umbral de pobreza severa (con menos de 281 euros al mes para el caso de una familia con dos adultos y dos niños dependientes).

Estos datos demuestran que la pobreza infantil sigue subiendo y que se sitúa 7,2 puntos por encima de la media de pobreza general (21,7%) en España, indicó López.

Canarias junto a Ceuta y Melilla son las regiones donde esta brecha es mayor. Andalucía, Extremadura y Murcia presentan las mayores tasas de pobreza infantil a nivel general, con valores próximos al 40%.

PRIVACIÓN MATERIAL

López explicó que son casi 2,4 millones de menores los que se hallan en situación de “pobreza monetaria”, pero el porcentaje sube hasta el 33,4% si a esta tasa se le añade “la carencia material y social severa y la baja intensidad laboral".

De hecho, la tasa de pobreza infantil severa también subió en 2021, hasta el 14,9%. Son 8 décimas más que en 2020 (14,1%), con más de 1.229.000 niños y niñas afectados. Asimismo, el 19,3% de los menores de 18 años presentaban carencias materiales en 2021 y el 8,9%, carencias materiales severas.

Según el informe, las privaciones más habituales tienen que ver con no poder hacer frente a imprevistos, no poder sufragar el ocio familiar y retrasarse en los pagos de la hipoteca, alquiler y otros suministros. En casos más graves, puede haber riesgo de desahucio, pobreza energética, brecha digital o alimentación precaria.

En 2021, el 17,7 % de los menores vivía en hogares con retrasos en los pagos relacionados con la vivienda (alquiler, recibos de gas y de luz), 7,1 puntos porcentuales más que antes de la pandemia. El 13,1 % residía en familias que no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada, 4,6 puntos porcentuales más que en 2019.

RENTA UNIVERSAL DE CRIANZA

Según el director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra, “todas estas cifras reflejan el pleno impacto de la pandemia en la vida de las familias españolas”, aunque “las medidas de protección incluidas en el escudo social sí lograron aminorar estos efectos”.

Con todo, señaló que “estamos ante una carencia estructural”, pues España arrastra “una tasa de pobreza infantil injustificable” para su economía desde mucho antes de esta crisis.

Por ello, reclamó aumentar la inversión en ayudas a la infancia y a la familia, además de pasar de la inversión actual del 0,3% del PIB en estas políticas al 2,4% del PIB, que es la media de la Unión Europea. Lo que podía suponer hasta 10.000 millones más al año.

En su opinión, el anteproyecto de Ley de Familias, “aunque positivo”, resulta “poco ambicioso en este ámbito”. Ibarra consideró que lo ideal sería una renta-crianza universal de 100 euros al mes para todos los menores a cargo hasta los 18 años, algo que queda muy lejos de la ayuda hasta los 3 años y condicionada que plantea la propuesta actual.

SALUD Y EDUCACIÓN

Como novedad este año, la investigación incluye un apartado centrado en la salud de los menores, que en un 90% se consideran a sí mismos en buenas condiciones sanitarias. Sin embargo, sí se aprecia un peor estado “autopercibido” de salud en los quintiles más bajos de renta. Más de la mitad de los menores de 16 años con salud “mala o regular” se encontraban en riesgo de pobreza.

En 2021, el 23% de los hogares con niños en edad prescolar no encontraron plazas en centros de educación infantil, de los que un 56,6% se correspondían con los niveles más bajos de renta.

Aunque la atención sanitaria es gratuita para todos, algunos de los menores que viven en familias con un solo progenitor, en familias numerosas o de rentas más bajas presentan peor estado de salud y una asistencia sanitaria peor, sobre todo en servicios fuera de la Seguridad Social. De hecho, el 70% de los hogares en esta situación no pudieron llevar a sus niños al dentista por diversos motivos, Indicó Ibarra.