En declaraciones a Radio Naconal, Rupérez comentó que "estamos ante las consecuencias nefastas de una actitud global del partido y del Gobierno socialista, específicamente en el terreno de los servicios de inteligencia, de no admitir nunca el más mínimo control". "Durante doce años estos servicios han hecho literalmente lo que les ha parecido oportuno".

"Esto es una responsabilidad gubernamental gravísima, la cual no se soluciona con la comparecencia del pobre García Vargas, del pobre ministro de Defensa, que seguramente no ha tnido que ver con nada, aunque en el organigrama sea el responsable del CESID. Esto no se soluciona nada más que con un vicepresidente y un presidente del Gobierno que hagan cara a sus propias responsabilidades políticas", agregó.

DIMISIONES

A su juicio, si esto hubiera ocurrido en otro país, el ministro responsable ya no estaría en su cargo y el presidente del Gobierno habría asumido sus responsabilidades, pero "aquí estamos acostumbrados a la teoría tan profundamente antidemocrática de 'nunca pasa ada'. Espero que en este caso concreto pase algo, que alguien dimita (...) Si no, la misma sustancia, la misma transparencia de la democracia está puesta muy en duda".

En opinión de Rupérez, el vicepresidente Narcís Serra es "el responsable último de estos desaguisados", y por ello tiene que dar la cara ante la opinión pública y dimitir.

Hizo especial hincapié en que se trata de "escuchas ilegales realizadas por los servicios de inteligencia del Estado a gentes que no ponen en peligro ese Estadoque son escuchas dedicadas a consumo interno de los directivos de la Administración del Estado", lo que obliga al responsable de esos servicios a tomar "la senda democrática de la dimisión".

Respecto al ministro de Defensa, Julián García Vargas, dijo que le tiene gran respeto, pero que también debería presentar la dimisión, "tanto si lo sabía como si no". Por lo que se refiere al director del CESID, Emilio Alonso Manglano, dijo: "Lo del general Alonso Manglano ha llegado a ser una cierta hipoteca par el funcionamiento democrático de los servicios de inteligencia".