ESCUCHAS. EL PP REBAJO CON GONZALEZ LA PRESION AMBIENTAL QUE DESCARGO SOBRE SERRA

MADRID
SERVIMEDIA

Los diputados del Grupo Popular del Congreso rebajaron hoy notablemente sus protestas, que durante el pleno de la pasada semana ocasionaron más de un centenar de interrupciones durante el comparecencia del vicepresidente del Goberno, Narcís Serra. Los 25 minutos de intervención del presidente del Gobierno, Felipe González, estuvieron salpicados de breves oleadas de murmullos que en ningún momento se conviertieron a abucheos o pateos.

Desde los bancos populares se mantuvo una actitud mucho más moderada que en el pleno de la pasada semana, a pesar de que varios de sus miembros aseguron que no existía ninguna consigna de la dirección del grupo en ese sentido.

La oposición esperaba la intervención de González en pie de guera y con pocas esperanzas de acabar convencidos por las explicaciones de González. Tan sólo 25 minutos bastaron al presidente para explicar la postura del Gobierno y para anunciar que el resultado de la investigación interna del CESID se explicará ante la Comisión de Secretos Oficiales de la Cámara.

Una decisión que no ha gustado a la oposición que deseaba explicaciones públicas sobre las escuchas ilegales realizadas por los servicios de información.

La intervención del presidente y la del líder d la oposición, José María Aznar, consiguieron la máxima atención de los diputados, como viene siendo habitual. Entre ellos, algunos como Antonio Romero (IU), Lorenzo Olarte (CC) o Luisa Fernanda Rudí (PP) abandonarán su escaño para ocupar nuevos puestos de responsabilidad municipal o autonómica tras las elecciones del 28 de mayo.

González tomó notas sobre la intervención de todos los portavoces parlamentarios durante la sesión a la que asistió arropado por todos los miembros del Gobierno, incluidos lo dimisionarios Narcís Serra y Julián García Vargas. Ambos estuvieron relajados durante el pleno. Con varios cuadernos en su escaño, tan sólo Serra tomó notas muy de vez en cuando y no intercambió impresiones con el presidente, pese a estar sentado a su lado.

Una fila detrás se sentaba el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, que se mantuvo concentrado en un escrito que le ocupó toda la tarde. Tan sólo prestó a atención a la intervención del líder de IU, Julio Anguita, quién hizo un llamamieto directo a todos los diputados socialistas para que no sigan apoyando a un Ejecutivo corrupto que sólo puede perjudicar a la izquierda.

Las continuas referencias de Anguita a los diputados del PSOE a los que pidió que salvaran la izquierda, provocó inquietud e indignación en los bancos socialistas, entre los que se levantó un murmullo que poco a poco se transformó en algún que otro grito de reproche.

Los socialistas preguntaban a Anguita por el comportamiento de IU en Asturias y en Málaga, dond la falta de acuerdo con el PSOE ha permitido que se formen gobiernos del PP.

Los diputados del PP interrumpieron en varias ocasiones a Aznar con aplausos y respondieron especialmente entusiasmados la pregunta de su líder sobre "cuantos ministros más está dipuesto a sacrificar el presidente para satisfacer a Pujol"; a coro respondieron "¡Borrell, Borrell!".

(SERVIMEDIA)
29 Jun 1995
SGR