Escámez, que participó en el IV Master de Entidades de Depósito de la Universidad de Valencia, señaló que, con el reto de la convergencia europea, "cobra aún más importancia el modelo de las fusiones bancarias".

Para Escámez, la dimensión de los bancos es una oportunidad "muy clara y rotunda" para llevar a cabo progamas rápidos de ajuste y de reducción en los costes de transformación, aspecto este que, a su juicio, constituye el punto más débil en la banca española respecto a la competencia internacional.

Aseguró que un proceso de concentración bancaria permitiría reforzar la presencia del mercado español, mejorando la competitividad en España frente a la actuación de los bancos extranjeros en el mercado español.

ADAPTAR LA BANCA ESPAÑOLA

Escámez dijo que es imprescindible profundizar en la expansión intenacional, buscar mayores cuotas de mercado y acometer nuevos servicios para dar respuestas a otras clientelas y a otros mercados, a la que vez que se mejora la oferta inferior.

El presidente del Central Hispano resaltó la mejora de rentabilidad y productividad que, a su juicio, entraña todo proceso de fusión bancaria, siempre que los bancos fusionados asimilen adecuadamente los beneficios fiscales, las posibilidades tecnológicas y los diferentes ahorros y reducciones de costes que la integración gener.

No obstante, Escámez señalo que un banco más grande no signfica un banco más rentable, pero que su mayor tamaño aporta un nivel de negocio que permite operar en todos los campos, desarrollar con éxito la vocación de "banco universal" y emprender políticas agresivas para el control de los gastos y la correcta asignación de los recursos.

Pese a todas estas ventajas, Escámez dijo que las fusiones no son el único camino, "pero sí uno de los más válidos", para afrontar la plena competencia del negoco financiero. Reconoció los obstáculos e inconvenientes técnicos y de acoplamiento que conlleva todo proceso de fusión, así como los que se generan en el área de recursos humanos.