ESCAMEZ AFIRMA QUE 1991 FUE EL PEOR AÑO ECONOMICO DESDE LA LLEGADA DEL PSOE AL PODER

ADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Banco Central Hispano Americano (BCH), Alfonso Escámez, manifestó hoy en su discurso de despedida ante la Junta General de Accionistas de la entidad que 1991 fue el peor año económico para España desde 1982.

Escámez, que cederá a lo largo de este año la presidencia del BCH a José María Amusátegui, dijo que los países industrializados crecerán este año un 1 por ciento y España lo hará "a la mitad del ritmo de hace dos años y generará muchísimo menos empleo"

Las mejoras en la inflación y el paro, añadió, fueron muy discretas en 1991 y su evolución previsible en 1992 "compromete el urgente proceso de convergencia con los países de la Comunidad Europea".

A su juicio, los cinco años que faltan para iniciar la fase final de la Unión Económica y Monetaria (UEM) no son tanto tiempo como parece, ya que "las diferencias existentes en la actualidad hacen realmente difícil el proceso y hará falta un gran esfuerzo colectivo".

Escámez alentó a todos los agntes económicos (Gobierno, empresarios y sindicatos) a que contribuyan a situar a España en los países de cabeza de la CE.

Al Ejecutivo le recomendó una "firme voluntad política" para lograr los objetivos fijados en Maastricht antes del 1 de enero de 1997, la fecha tope. A empresarios y trabajadores les animó a alcanzar compromisos que permitan la consecución de esos objetivos.

A su juicio, la convergencia exige una redefinición de la política económica, basada en una mayor disciplina en el gastopúblico, en favor de las inversiones en infraestructuras y equipamientos, así como en una fiscalidad que estimule el ahorro y la inversión.

También abogó por una mayor flexibilización del mercado de trabajo, políticas de formación profesional y movilidad laboral, y una mayor moderación en los costes salariales, fiscales y financieros de las empresas.

Sin estas iniciativas no será posible superar, en opinión de Escámez, uno de los mayores obtáculos de la convergencia con Europa, "la actitud de losagentes económicos, que permanecen en espera, un tanto pesimista, ante el deterioro de la situación internacional y la incertidumbre sobre precios y salarios".

APUESTA POR LA BANCA MIXTA

Tanto Escámez como su sucesor en la presidencia del BCH, José María Amusátegui, apostaron por una banca mixta, dedicada al negocio típicamente bancario sin renunciar a la participación industrial.

Escámez y Amusátegui, que dieron cuenta a los accionistas de la gestión del banco en 1991, dijeron que el Grupo Indstrial Central Hispano realizará una apuesta por la reactivación económica y empresarial.

Anusátegui dijo que el periodo de convergencia hacia Europa "significa necesariamente un ajuste, con el inevitable debilitamiento de la actividad económica, pero también un camino de estabilidad, por los niveles más bajos de inflación y tipos de interés, que puede ser favorablemente aprovechado por nuestra entidad".

En 1991, el BCH obtuvo unos beneficios netos de 72.477 millones de pesetas, un 8 por ciento speriores a la suma de los logrados en el ejercicio precedente por las dos entidades juntas.

Los recursos propios de la entidad ascendían a 31 de diciembre de 1991 a 591.000 millones, frente a los 426.000 millones de 1990. Sin embargo, el margen financiero pasó de 355.000 millones a 349.176 millones y los gastos de explotación crecieron más de un 6 por cien.

Esta es la principal causa, según los responsables de la entidad, de que el dinero destinado al reparto de dividendos haya pasado de 38.244 mllones de pesetas en 1990 a 37.429 millones en 1991, con un descenso del 2,13 por ciento, lo que supone un total de 210 pesetas por acción.

(SERVIMEDIA)
25 Abr 1992
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